Consagración de Niños

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Día 29

Oración al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

  1. Envía Tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.
  2. Y renovarás la faz de la tierra. OREMOS:

¡Oh Dios, que has instruido los corazones de Tus fieles con luz del Espíritu Santo!,

concédenos que tengamos juicio correcto con el mismo Espíritu

y gocemos siempre de Su divino consuelo.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

O Espíritu Santo, dulce invitado de mi alma, acata en mí y otorga que puedo siempre acatar en usted.

Jesús nos dice, “Yo soy la vid verdadera” (Jn 15:1).

 

Él continua para pedirnos

“Permanezcan unidos a mí, como yo lo estoy a ustedes. Ninguna rama puede producir fruto por sí misma, sin permanecer unida a la vid, y lo mismo les ocurrirá a ustedes, si no están unidos a mí. Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto; porque sin mí no pueden hacer nada. El que no permanece unido a mí, es arrojado fuera, como las ramas que se secan y luego son amontonadas y arrojadas al fuego para ser quemadas. Si permanecen unido a mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo tendrán”. (Jn 15: 4-7)

Nosotros podemos permanecer en Jesús cuando seguimos los mandamientos de Dios. También necesitamos reconocer que nosotros somos dependientes de Dios y que solos somos nada. Dios se complace cuando le llevamos todas nuestras preocupaciones. Sacamos nuestra fuerza de Él, igual que una rama recibe alimento de la vid.

Meta: Nosotros no podemos producir fruto solos; necesitamos quedarnos en Dios para producir fruto.

ORA EL ROSARIO