Consagración de Niños

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Día 3

Oración al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

  1. Envía Tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.
  2. Y renovarás la faz de la tierra. OREMOS:

¡Oh Dios, que has instruido los corazones de Tus fieles con luz del Espíritu Santo!,

concédenos que tengamos juicio correcto con el mismo Espíritu

y gocemos siempre de Su divino consuelo.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

O Espíritu Santo, dulce invitado de mi alma, acata en mí y otorga que puedo siempre acatar en usted.

San Luis María de Montfort dijo en su libro, Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, que “no se puede hallar a Maria sino se la busca, ni buscarla si no se la conoce, pues no se busca ni desea lo que no se conoce”.4 Nuestra Santísima Madre concibió a Jesús a través del Espíritu Santo, una de las Tres Personas de la Santísima Trinidad. De esta manera, el Esposo de María es el Espíritu Santo, Quien es divino. Ella misma no es divina. Pero es la única persona completamente mortal que fue concebida sin pecado. Su alma es, entonces, un alma más fértil. No solamente fue pura y sin pecado en su concepción; se mantuvo pura durante su vida. Ella concibió a través del Espíritu Santo y luego tuvo un Hijo, Jesús, Quien es la Segunda Persona de la Trinidad. La Primera Persona de la Trinidad es Dios el Padre. Entonces, hay una relación muy especial entre María y Dios en Sus Tres Personas.

Encinta de Jesús en su virginal matriz, que, de muchas maneras es como un molde, uno de santidad. Quienes hayan trabajado con barro sabrán cómo hacer una forma perfecta. Se pueden quitar pedacitos y partes y empujar y jalar otras partes del barro para lograr la forma final deseada. O se puede utilizar una manera más confiable y también más rápida para lograr la forma deseada, y esa es utilizar un molde. De forma similar, Nuestra Señora puede ayudarnos a moldearnos en santidad suave y rápidamente, pero debemos pedir su ayuda.

Meta: Nuestra Santísima Madre María en su pureza puede ayudar a moldearnos en santidad.

PADRE NUESTRO  . . .

AVE MARÍA . . .

GLORIA . . .

AVE MARIS STELLA . . .