Día 28
Oración al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
- Envía Tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.
- Y renovarás la faz de la tierra. OREMOS:
¡Oh Dios, que has instruido los corazones de Tus fieles con luz del Espíritu Santo!,
concédenos que tengamos juicio correcto con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de Su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
O Espíritu Santo, dulce invitado de mi alma, acata en mí y otorga que puedo siempre acatar en usted.
O, Dios Cuyo Providencia nunca faya en su diseño.
— Misal Romano
Verdaderamente Dios observa cada detalle de nuestra vida. Dios permite las dificultades y los sufrimientos, pero esto no significa que nos haya abandonado o no nos ame. Al contrario, el sufrimiento es un regalo dado a almas quienes son especialmente queridos por Él. El sufrimiento es una manera que Nuestro Señor usa para acercarnos más a Él. Es una forma de purificar nuestro amor para Él. Nosotros no debemos preocuparnos y cuestionar de las manera de Dios, “[p]orque la sabiduría del mundo es necedad a los ojos de Dios” (1Cor 3:19). El sufrimiento también es una forma para participar con Dios en la redención de otras almas, lo que es un regalo preciado.
Así que debemos tener confianza en la Providencia de Dios. Una historia verdadera de mi jardín ilustra este punto.
Hace muchos años nosotros empezamos a ver una planta de tomates creciendo en la grieta donde el camino de cemento se encuentra con las escaleras de la puerta principal. Parecía que una semilla había caído en la grieta el verano anterior, posiblemente de una de las plantas que había estado creciendo en nuestros plantadores del frente. No podía entrar mucha agua en la grieta, pero como la planta crecía bajo la sombra de un árbol maduro, no se secaba como las plantas a pleno sol. Las ardillas que normalmente patrullan el jardín no vieron la planta de tomate creciendo en este lugar raro. Así que lo que parecía una situación desafortunada—una semilla cayendo en una grieta pequeña en el camino de entrada—resultó en una cosecha sorprendentemente buena. Así es nuestra vida. Cosas pueden venir que nosotros no entendemos, como las dificultades y los juicios. Aunque la semilla tenía un hogar mucho menos acogedor en la grieta que las plantas en el jardín grande, la pequeña planta persistió y dio más fruto que las que crecían en el jardín. Debemos poner nuestra esperanza en Dios porque Él sabe lo que es mejor para nosotros, y todo es para nuestra santificación.
Meta: Confía en la Providencia de Dios, y acepta las dificultades y los sufrimientos.
ORA EL ROSARIO