Consagración de Niños

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Día 4

Oración al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

  1. Envía Tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.
  2. Y renovarás la faz de la tierra. OREMOS:

¡Oh Dios, que has instruido los corazones de Tus fieles con luz del Espíritu Santo!,

concédenos que tengamos juicio correcto con el mismo Espíritu

y gocemos siempre de Su divino consuelo.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

O Espíritu Santo, dulce invitado de mi alma, acata en mí y otorga que puedo siempre acatar en usted.

La tarea dada a María fue enorme. Crió a Jesús, y como niño perfecto Él obedeció a su Madre. Dios el Padre puso gran confianza en María con Su propio Hijo. Por lo tanto, agrada a Dios que nosotros, igualmente, pongamos nuestra confianza en ella y nos entreguemos a ella. En la historia “Un Jardín”, Margarita atiende a la dirección de su madre. Es instruida cómo exactamente plantar las semillas que se le dieron. Se le recuerda regarlas y atender sus deberes. Todo esto se hace con ternura y amor, sin embargo, también con firmeza. Nuestra Santísima Madre María sabe cuán preciosos somos para Nuestro Señor y quiere que siempre estemos cerca de Dios y en camino al Cielo. Obedecer la guía de Nuestra Madre Celestial nos mantiene en el camino más recto a nuestro hogar eterno.

De la misma manera, María pone su completa confianza en Dios. En la Biblia, una de las pocas ocasiones en que habla María es durante la fiesta de la boda de Caná, cuando los novios se quedan sin vino. Ella pide ayuda a su Hijo. Él le explica que no ha llegado aún Su tiempo. La respuesta de María fue decirles a los sirvientes, “Hagan lo que Él les diga” (Jn 2:5). La confianza de María no es defraudada. En efecto, Jesús cambia el agua de varias grandes tinajas de piedra a vino. El agua no fue convertida en el vino corriente que se había servido en la boda, sino en un selecto vino de sabor superior. Jesús no solo cumplió la petición de Su Madre; superó sus expectativas. Vemos por este ejemplo que las peticiones de María se reciben de manera especial.

Meta: Jesús obedeció a María, y Dios está complacido cuando nosotros, también nos sometemos a María.

PADRE NUESTRO  . . .

AVE MARÍA . . .

GLORIA . . .

AVE MARIS STELLA . . .