Consagración de Niños

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Día 6

Oración al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

  1. Envía Tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.
  2. Y renovarás la faz de la tierra. OREMOS:

¡Oh Dios, que has instruido los corazones de Tus fieles con luz del Espíritu Santo!,

concédenos que tengamos juicio correcto con el mismo Espíritu

y gocemos siempre de Su divino consuelo.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

O Espíritu Santo, dulce invitado de mi alma, acata en mí y otorga que puedo siempre acatar en usted.

En la historia “Un Jardín”, vemos que la Madre no puede ayudar a Margarita con sus manos. Nos dice que las manos de la Madre no son muy fuertes. La Madre puede quedarse cerca y orientar a Margarita, pero es Margarita quien debe usar sus manos para hacer el trabajo. Así es con Nuestra Santísima Madre. Ella puede guiarnos, pero somos nosotros a quienes Dios llama a trabajar en la viña. Como nosotros, Nuestra Santísima Madre vivió en la tierra y trabajó duro con las dificultades de la vida. Desde el cielo ella nos puede guiar, pero el trabajo deben hacerlo aquellos que aún están en esta tierra – los trabajadores. Se nos dicen que, “La cosecha es abundante, pero los obreros pocos” (Lc 10:2). Muchos son llamados, tal como cuando el rey envía a los sirvientes a notificar aquellos invitados al banquete, pero rehúsan ir (cf. Mt 22:3). Nos dicen repetidamente en la Sagrada Escritura, “El que tenga oídos, que oiga” (Mt 11:15, Ap 2:29; cf. Mc 4:9, Lc 8:8). Con mucha frecuencia no escuchamos el llamado a la viña o incluso al banquete. Nuestra Señora está allí para ayudarnos a no perder la llamada.

Meta: Somos llamados a trabajar en la viña, y Nuestra Santísima Madre puede ayudar a guiarnos en nuestro trabajo.

PADRE NUESTRO  . . .

AVE MARÍA . . .

GLORIA . . .

AVE MARIS STELLA . . .